lunes, 15 de junio de 2020

Capítulo 7


Simón  está desesperado. En realidad no está ahí por su padre sino por el hombre al que ama. Está muy angustiado por Adolfo. Saberlo al borde de la muerte le remueve las entrañas y es consciente más que nunca de lo mucho que lo ama y es consciente de lo mucho que lo odia por ser su padre. Sentimientos contradictorios hierven en su alma pero está decidido a permanecer al lado de su amor aunque sea con los derechos de hijo. Simón  y Cristina se miran con rivalidad. Tomás se mantiene al margen. Le conviene que sea el hijo pero está desconcertado.
-- ¡¿pero qué dices criatura?¡ ¡Adolfo no tuvo ningún hijo con Elena¡ Soy único hijo se lo di yo.
Simón  desafiante dice: 
--¡pues ya ve que sí, yo soy hijo de Adolfo y tengo derecho a estar a su lado¡
Cristina se pone furiosa, la agarra del brazo y le dice:
--¡pues no te creo nada, vete de aquí o te mando sacar¡
Simón  se enfrenta a Cristina con violencia:
--¡yo te aquí no me voy nada¡¡yo tengo derecho a estar aquí¡
--¡A mi no me consta que Adolfo sea tu padre y no estás reconocido por él¡
--¡tú no vas a poner en duda la palabra de mi madre. yo soy el  hijo de Adolfo y de aquí no me muevo¡
Cristina busca el apoyo de Tomás que aturdido dice:
-- y ¿cuántos años tienes?
--19.
--las fechas coinciden.
Tomás no entiende nada de lo que pasa. 
Cristina está furiosa. Tomás, que no puede evitar mirar al chico con rabia y  con deseo, lo abraza con un falso amor paternal.
--ven cariño, siéntate.
Y al sentir el cuerpo de Simón pegado a su cuerpo se le olvida el padre de repente y sólo se quiere acostar con el hijo. Simón  se suelta:
--¡yo quiero saber como está Adolfo, quiero verlo¡
-- sí, y lo verás pero estás muy nervioso.
Tomás logra que Simón  se siente, Cristina se enfrenta a él.
--¡pues yo no voy a permitir que lo veas¡
Simón  se levanta:
--¿y se puede saber usted quien es para prohibirme ver a mi padre?
Aunque le quema en las entrañas tener que llamar padre a su amado no está dispuesto a que lo separen de su lado.
Cristina con orgullo dice: 
--¡yo soy la esposa de Adolfo, la madre de su hijo¡
--¡mi padre es divorciado¡
--¡mentira, es una separación temporal¡
Tomás no aclara nada porque no entiende que está pasando entre su amante y ese hijo que ha aparecido de la nada.
Simón  se sienta, las palabras de la mujer le han hecho mucho daño. Los celos lo están devorando. Llora de rabia.
--¡está casado, está casado --dice para sí  lleno de dolor y celos-es un maldito, se acostó conmigo sin importarle que estaba casado y encima dice que quería a mi madre... maldito, maldito... ¡es un desgraciado que se burla de las personas, lo tengo que destruir, me tengo que arrancar este maldito amor que siento y tengo que acabar con él¡
Simón  quiere pensar en que su madre se suicidó por Adolfo, en que está casado pero, traicioneramente, por su mente pasan las imágenes de su noche de amor y recuerda lo feliz que fue. Además la angustia por no saber qué le pasó lo mata. Dos ideas están dentro de él:
--¿pero qué te pasa? --dice para sí--ese hombre es el culpable de la muerte de tu madre, lo humillaste y se quiso quitar la vida ¿no es eso la mejor venganza? Que muera como murió mi madre.
Pero aunque se quiere auto-convencer de lo mucho que lo odia, la verdad es que está sufriendo por pensar que se está muriendo y se siente culpable por haberlo llevado a eso. Lo ama y aunque no lo quiere reconocer no soportaría perderle. El chico se seca las lágrimas y se dice para auto-engañarse:
--¡no, no quiero que muera porque aún no ha sufrido demasiado, quiero destruirle la vida y después sí, después se podrá matar y yo lo voy a celebrar¡
aunque su mente lo quiere odiar, su corazón lo ama y está sufriendo. Tomás acaricia al guapísimo chico por los hombros. Simón siente su mirada libidinosa y ese le molesta. Le retira la mano con violencia. Él le sonríe:
--Tranquilo, tú eres el hijo de mi mejor amigo, veeme como a un tío.
el hombre se arrodilla ante él. Se muestra paternal pero está muy excitado. Simón piensa si ese debe ser el amante de su padre y siente aún más asco por ese hombre. 
--tranquilo, tu papá está bien. Tu papá va a vivir.
Simón  siente que le devuelve la vida al cuerpo y abraza a Tomás con desesperación y roto de dolor. Tomás frota su sexo con el del muchacho que lo mira con desprecio y se aparta. Tomás no puede estar más caliente 
Por una parte Simón se alegra de que Adolfo esté bien pero por otro lo lamenta. El odio que siente por ese hombre se revela dentro de él y le recrimina que ame al hombre que acabó con su madre, que ame a su padre y que se alegre de que no le haya pasado nada. Cristina mira a ese chico  con desconfianza.
--hasta que Adolfo no me lo confirme --dice para sí- no voy a creer que ese chico  sea su hijo. No tiene la mirada de un hijo... Yo reconozco la mirada del primer amor... Simón  esta enamorado de Adolfo, de eso no me cabe la menor duda. A saber lo que pretende de mi marido el jotito este.
El doctor regresa en ese momento:
--bueno, Adolfo está descansado pero está consciente. Le hará bien ver a su familia pero no lo cansen. Entren de uno en uno.
Cristina se apunta.
--si yo voy...
-- ¡no, entro yo... Yo soy su hijo y el  hijo tiene más derechos que la esposa¡
Cristina iba a protestar pero Tomás se pone del lado del chico .
--Simón  tiene razón, además tú ya no eres su esposa... sólo eres la madre de su hijo pequeño y si aquí está su hijo mayor pues  tiene más derechos.
Simón mira agradecido a Tomás que tiene cara de "que a gusto te la voy a meter"
Cristina y Simón  se miran como verdaderos rivales. Aunque a Simón le duele entrar porque es el hijo de Adolfo está contento por poder verlo y por confirmar  que no está casado. Que en eso no mintió. Tomás lo acompaña hasta la puerta. No se quiere separar de ese chico tan guapo.  Cristina está rabiando.
-- quiero estar a solas con mi papá.
-- si claro. Te espero aquí.
Simón  entra  y al verlo tendido en la cama inconsciente no piensa que es su padre sino el amor de su vida. Llorando se abraza a él:
--Adolfo, mi amor, ¿qué te hice, que te hice? Perdóname, perdóname.Te amo, te amo, te amo. Yo no voy a amar a nadie si no a ti.
Simón  lo acaricia con deseo. Cree que su padre no lo escucha:
--te amé desde el primer día que vi tu foto, desde la primera hoja del diario de mi madre. Te amo y no me importa que seas mi padre. Te amo y aunque por tu culpa haya muerto mi madre yo no puedo dejar de amarte, te amo pero me odio a mí mismo por amarte, por amarte siendo mi padre y el asesino de mi madre... --dice llorando.
Simón  está muy atormentado y no se da cuenta que, aunque  tiene los ojos cerrados, Adolfo derrama lágrimas. Simón  se deja llevar por su amor y besa al atractivo hombre con un beso de amor que le nace de las entrañas y que le quema por dentro. No siente que está besando a su padre sino al hombre que ama. Adolfo se estremece por el beso de Simón y se tiene que controlar mucho para no responder.
--es tu hijo, es tu hijo... --se repite con dolor.

En ese preciso momento, Marina está haciendo el amor con su amante. 
-- eres tan guapo, tan apasionado... No sabes cuando te extraño.
--¿así que hago el amor mejor que tu marido?
Ella se ríe.
--cualquiera hace el amor mejor que mi marido... Además tú eres tan guapo, tan viril... Me volviste loca desde el primer día que te vi, Gustavo mi Gustavo y no me importa tener que compartir.
-- Yo soy muy apasionado y además me encantan las niñas nuevecitas. Paula nos va a venir muy bien a nuestros planes.
--yo hice mi parte, matriculamos a Simón  en esa escuela pero está de un rebelde Yo creo que no va ni a las clases.No sé como esa tal Paula por muy lista que sea se vaya a hacer amiga de él.
Gustavo se ríe: 
--que poco confías en mis encantos. A las mujeres en la cama se les convence de todo. Cuando una mujer está loca por un hombre como Paula lo está de mi puedes hacer lo que quiera con ella.
El guapo hombre saca un frasco de pastillas que él y Marina toman:
--Paula ya se ha hecho la mejor amiga de tu hijastro y ya le dio la primera pastilla como esta..
-- ¿ya, tan pronto?
-- Ya te dije que sí, esa tonta hace lo que sea con tal que yo me siga acostando con ella.
Los amantes ríen y se abrazan.
-- ¿y como va lo tuyo? ¿de verás tu marido va a matar a su hijo?
--eso es un hecho. Mii marido matará a su hijo y luego nosotros lo mataremos a él y nos quedaremos con todo.
-- ¿pero es su hijo? ¿cómo lo vas a hacer?
Marina con ironía dice: 
--a los hombres en la cama se les convence de todo. Cuando un hombre está loco por una mujer como Ernesto lo está de mi puedes hacer lo que quiera con él.
La pareja se ríe, se abraza y se besa.

Simón  mira fijamente a Adolfo. Lo acaricia. Besa de nuevo a ese hombre. No le suelta la mano.
--te amo, cuanto te amo. Nunca entendí el amor hasta que vi tu foto 
Adolfo tiembla de deseo. Llora pero Simón  aún no se ha dado cuenta que está despierto. Adolfo abre los ojos. Simón lo mira enamorado. Adolfo llora atormentado.
--vete, vete... eres mi hijo, vete.
Adolfo quiere que Simón se vaya ya que sabe que lo ama y no se va a poder controlar por mucho tiempo más. Simón  lo vuelve a besar y Adolfo está apunto de responder cuando se oye la puerta. Alguien entra. Simón  se separa de su padre muy deprisa.

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