martes, 16 de junio de 2020

Capítulo 19



Marina está pensando en el cuerpo desnudo de Adolfo.
--¡que hombre. Eso es un hombre de verdad, ya me estoy cansando de ese viejo y de ese tonto malcriado que no sabe dónde está parado. Ese es un hombre de verdad, tengo que hacer lo que sea para convertirlo en mi amante. Tengo que hacer el amor con ese hombre. Tengo que sentirlo. Tiene que ser mío.
Se excita pensando en sus pectorales, en todo él. Mirando esas fotos en donde se ve todo el cuerpo desnudo del hombre con lujo de detalles.
--es tan fornido, tan varonil, ya no tiene secretos para mi su cuerpo pero tengo que lograr que ahora él conozca mi cuerpo. Sentirlo dentro de mi.
Una llamada la interrumpe. Marina, que se niega a avisar a su esposo, recibe esa llamada con mucho interés.




Adolfo está solo en la sala. Va en boxers y está tomando. Llaman al timbre. Abre en seguida al ver a Alfredo.
--¿le pasó algo a tu padre?
Alfredo es puro odio.
--Tranquilo, tu amante está bien. Los dos sois basura. Lo que habéis hecho con Simón es imperdonable.
Alfredo lo golpea brutalmente. Y Adolfo no se defiende. No entiende su relación con Simón y si lo está golpeando por eso o por haber sido amante de su padre.
Adolfo desde el suelo lo mira con tristeza.
--cálmate y hablamos.
Alfredo está furioso.
--¡defiéndete como un hombre¡
Adolfo no le quiere hacer daño. Se levanta aturdido e intenta que se calme. Alfredo lo quiero golpear pero Adolfo para el golpe.
--¡soy como un tío para ti¡ ¡vamos a hablar¡
--¡¡te acostaste con mi padre que es como tu hermano y convertiste a tu hijo en tu amante¡
--¿Simón te manda?¿te ha metido en su venganza?¿también se acostó contigo?
--¡¡conmigo se acostó libremente. Yo no lo obligué como hicieron tú y mi padre¡
Adolfo siente celos de ese chico con el que también se acostó su hijo. Y siente dolor por todo lo que está sufriendo su hijo. Alfredo es como su sobrino y le duele que esté sufriendo también.
--¡defiéndete, defiéndete como un hombre o es que tú sólo eres hombre para abusar de tu hijo?
--Simón necesita ayuda. No caigas en su venganza. No va a ser bueno para nadie. No te metas.
--¡yo estoy enamorado de Simón  pero  me rechaza y todo es por tu culpa, yo sé que lo obligaste  a convertirse en su amante¡
Cristina que estaba escuchando no da crédito a lo que oye. 
--lo sabía, a mi nunca me dio confianza ese niño.  Seguro que con el truco ese que es su hijo,  cosa que habría que verlo, se metió en la cama de mi hombre para sacármelo pero yo no se lo voy a permitir... él es mío solo mío... –se dice.
Alfredo y Adolfo siguen discutiendo sin saber que los están escuchando.
--las cosas no son como te las ha contado Simón.
Alfredo está muy alterado.
--¿tampoco es cierto que eres el amante de mi padre?
--eso sí es cierto.
Cristina sufre un fuerte impacto. Los dos hombres siguen discutiendo. 
--¡por tu culpa Simón  está en un hospital y es adicto a las drogas. Eres de lo peor. No mereces tener un hijo como Simón¡
Las palabras de Alfredo golpean a Adolfo. Lo angustian y lo ponen en alerta. Los dos aman a la misma persona. Adolfo se muere de los celos



En ese mismo momento Marina saca de la cama a Gustavo. Él se pone mimosón.
--no te esperaba, es que te atraigo como la miel a las mosca  no puedes vivir sin las cositas ricas que te doy y no has querido esperar a mañana.
Marina se lo saca de encima casi con violencia.
--¡no seas pesado, no piensas más que en lo mismo¡
--¡no te hagas que a ti también te gusta¡ --dice él intentando desnudarla.
Ella lo abofetea. Él se para, se toca la mejilla y la mira sorprendido.
--¿¿se puede saber porque me pegas?¡¿es que ya no te gustan los hombres? ¿ahora te gustan las mujeres? –dice con ironía.
Marina grita furiosa:
--¡¡y es que todo lo que tienes de bello lo tienes de estúpido¡
Gustavo la agarra del brazo con rabia:
--¡tú a mi me tienes que respetar. Yo te voy a enseñar como se trata a un hombre¡
Gustavo la abraza para besarla a la fuerza y ella lo vuelve a abofetear.
--¡imbécil ¡
--¡¡basta ya de insultarme¿se puede saber a ti que te pasa? ¡
--¡es que no sirves para nada, Gustavo, sólo para la cama¡
--¡pues te recuerdo que gracias a mi nos vamos a quedar con todo el dinero de Simón  y si no quieres quedarte en la calle me vas a tener que respetar ¡
Marina le tira la ropa.
--¡es que de eso se trata¡¡ tenemos una oportunidad de oro para tener en nuestras manos a ese drogadicto y no voy a permitir que la desaproveches¡
--¿¡y de que se trata?¡
--¡Es que ya hemos perdido mucho tiempo por querer luchar contra tus hormonas y si además tengo que hacer que tu cerebro de mosquito lo entienda todo vamos a llegar tarde. No nos podemos arriesgar a que nadie se nos adelante. Tú vístete y en el auto te explico.
Gustavo se pone los pantalones y mientras se los abrocha piensa:
--¡ya me tienes harto Marina, en la cama eres apasionada como ninguna pero me estás cansando de que me trates como si no valiera nada. Cuando sea un hombre muy rico tendrás que ser complaciente para que no te de una patada¡
--¡¡¿y se puede saber en que piensas?¡¡pero qué tonta... si no sabes lo que es pensar¡¡¡vístete de una vez que como alguien se nos adelante y perdamos esta oportunidad te vas a acordar toda tu miserable vida de quien soy yo¡
--¿y se puede saber donde quieres que vayamos? -- pregunta el chico.
--¡al hospital y hacerte cargo del drogadicto de tu esposo ¡
Marina agarra del brazo a su amante y lo saca del departamento casi a empujones y con la camisa desabrochada. Gustavo no dice nada pero cada vez es más grande es su resentimiento hacia esa mujer:
--¡quien ríe el último siempre ríe mejor, yo te voy a enseñar a respetarme, te vas a arrepentir de haberme tratado como a una basura, como si fuera tu esclavo --piensa.

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