lunes, 15 de junio de 2020

Capítulo 1

Puerto Escondido,  20 años antes.

Varios jóvenes están de viaje de fin de curso. Adolfo y su amigo Tomás pasean por la playa.
--¿es que tú te quieres morir virgen? No puede ser que vayas a cumplir los 18 y aún no te hayas estrenado. Eres guapo, simpático, tienes a todas las chicas detrás. es que no te entiendo --Tomás.
Adolfo lo mira con tristeza:
--todas no, ella no me pela, Elena es la chica más guapa de la clase y no me pela.
--Pues no es eso lo que a mi me han dicho. Luisa es su mejor amiga y las mujeres en la cama no tienen secretos.
El corazón de Adolfo palpita fuertemente:
--¿ella le ha dicho que...?
Tomás sonríe:
--que está loca por ti, que te ama.
Adolfo no puede creer lo que oye. Su rostro se desencaja por la emoción:
--¿le gusto?
Adolfo agarra del brazo a su amigo y con emoción le dice:
--¡dime que no me estás diciendo mentiras¡
Tomás se suelta:
--¡pero no me toques que se van a pensar que somos una pareja de raritos¡ Si todas las chicas están locas por ti, se mueren porque te fijes en ellas ¿porque ella iba a ser diferente? ¿hacemos una apuesta? Te apuesto a que te dice que sí y que te acuestas con ella antes de volver a casa.
Adolfo suspira:
--ojalá fuera así. Nada me gustaría a mi que ella fuera la primera. Conocer el sexo en brazos de la mujer que amo.
--¿y ella debe ser virgen? Nunca se la ha visto con nadie.
--No sé, me gustaría que ella me diera ese regalo pero lo más importante es que me ame.
--¿y entonces va la apuesta?
--claro que no. Yo nunca apostaría por una mujer. Si hacemos el amor será porque los dos lo queramos pero no tengo prisas. Lo más importante es que me quiera y acepte ser mi novia.
--tú mismo... a ver si te lanzas. Eres un cobarde, un gallina.
--¡eso sí que no... Yo tengo muchas hagallas y soy capaz de cualquier cosa¡
Tomás lo mira desafiante:
--¡te apuesto lo que quieras es que no eres capaz de meterte en el agua y salir sin bañador¡
Adolfo mira por todos lados y al asegurarse que su amada no está dice:
--trato hecho.
Adolfo se mete en el agua y bucea. Justo delante de un grupo de chicas para y se baja el bañador, le encanta provocarlas aunque luego no quiere tener nada con ellas, y sale con el bañador en la cabeza y con unas algas se tapa sus partes más intimas. Las chicas salen corriendo. Tomás se acerca a su amigo y los dos se ríen. De repente los dos se dan cuenta que Elena y Luisa los están mirando. Tomás se ríe y Adolfo se muere de la vergüenza. Se le cae las algas de la vergüenza y se queda desnudo. Elena se tapa los ojos, Tomás se pone delante de su amigo que se pone el bañador sofocado. Luego lo empuja para que se acerque a Elena. Luisa hace lo mismo con Elena. Tomás y Luisa se van. Adolfo y Elena se miran frente a frente con vergüenza. Suspiran enamorados. Se estremecen sólo de sentirse cerca.
--Yo --dice el otro temblando-- No quiero que pienses que soy un payaso... un exhibicionista...
Ella sonríe:
--tranquilo, me ha tomado un poco de sorpresa pero dicen que el cuerpo humano es bello y natural y no nos debe dar vergüenza enseñarlo.
--¿entonces te gustó? --pregunta seductor.
Ella se queda avergonzada por su descaro y él se da cuenta. La agarra del brazo:
--perdona, soy un bestia... es que yo no sé hablar a las mujeres... yo no sé qué decir...
--eso no te lo creo tienes fama de Don Juan.
--Sólo fama ¿o alguna vez me vistes con alguna?
--No.
Él traga saliva:
--ahora o nunca --se dice.
Adolfo acaricia el rostro de la joven, la agarra la barbilla y dice:
--¿y no quieres saber porque nunca he tenido novia?
Los dos se miran con intensidad, tiemblan de emoción.
--¿porque?
Adolfo no se lo piensa y la besa y ella responde.
--te quiero --dice él-- quiero que seas mi novia.
Ella lo abraza entusiasmada.
--eso es un si --dice él.
--si.
La pareja se vuelve a besar sin creerse que al fin estén juntos.


Durante los días que están juntos en esa playa la pareja vive el amor por primera vez. No se separan en todo el tiempo. Y se acerca el final del viaje. Después de bañarse Adolfo cae sobre ella en la arena y le pide una prueba de amor.
--me gustaría tanto ser el primero, que fueras mi primera chica... No vamos a volver a tener una oportunidad así, lejos de nuestros padres, en un lugar tan paradisiaco... ¿no quieres que aprendamos juntos lo que es el amor de verdad?
Ella lo mira enamorada:
--es que tengo miedo. Esto no está bien.
--¿porque? Yo te voy a amar toda la vida --él.
--jurame que no me vas a dejar.
--te lo juro.
Confiada y enamorada, Elena se deja llevar a la habitación.

Elena llega a su casa. Una lujosa mansión en la zona alta de ciudad de México. Está deseando encontrarse con su diario para contarle todos sus secretos. Su diario ha sido testigo de ese amor que nació el primer día que conoció a Adolfo:
--"él era el chico más guapo de la clase y nunca creí que se fijaría en mi. Hicimos el amor y fue maravilloso. Ahora estoy unida a él y no me arrepiento. Sé que mi padre no va a aprobar lo que hice, además Adolfo no tiene tanto dinero como nosotros y mi padre no lo va a aceptar pero yo lo amo y no me importa. Yo sé que Adolfo me ama y nunca me va a traicionar, le he dado la prueba de amor más grande que una mujer le puede dar a un hombre" --escribe en su diario.
Después de desahogarse, Elena esconde su diario. En los pies de la ventana hay un banco de madera clavado en la pared, pero hay una madera que está suelta y ahí puede esconderlo y luego poner la madera en su sitio, es casi imposible encontrarlo.

Tomás y Adolfo salen de una joyería. Adolfo está muy contento.
--no me puedo creer que hayas gastado todos tus ahorros para comprarle un anillo --Tomás.
--Hoy hace un mes que hicimos el amor y yo le quiero demostrar que la amo. Fui el primero y eso es muy importante para una mujer, sin olvidar que ella ha sido la primera en mi vida.
--¿te vas a casar con ella?
--Por supuesto... cuando acabe la universidad, claro. Pero quiero que sepa que no he jugado con ella. Hoy le pediré que se case conmigo. Quiero que Elena sea prometida desde hoy.
Adolfo es la imagen vive de la felicidad...

época actual.


Adolfo es un guapísimo hombre de 37 años. Está desnudo en su cama. Ha hecho el amor. Se oye la ducha de fondo. Se levanta y se pone un estrecho calzoncillo. Se sienta sobre la cama. Saca una foto de su mesita de noche. Es de la joven Elena. No puede evitar que una lágrima deslice por sus mejillas. 
--¿porque me dejaste?¿porque?... ¿Tan poco significaba yo para ti que me dejaste sin decirme nada?
Tomás sale desnudo de la ducha. 
--No hace falta que escondas la foto.. soy yo.
¿otra vez te acordaste de ella?
Tomás es muy cariñoso. Se sienta en la cama y lo abraza por la espalda. 
--justo hoy hace 20 años que perdí mi virginidad.
--y yo te amaba y hacía todo lo posible por verte en bolas. ¿Te acuerdas de la apuesta? --Tomás.
Los dos sonríen. Están muy abrazados.
--como no me voy a acordar. Estaba muy enamorado pero no me atrevía a decirle nada.
--y yo te animaba aunque quería ser yo quien te desvirgara.
Adolfo se gira y lo besa. Se quedan abrazados en la cama.
--tú fuiste quien me rompió el culo. Tú has estado con muchos hombres pero yo sólo he estado contigo.
Tomás lo mira triste. 
-pero nunca me has amado. Ella se quedó clavada en tu corazón. He tenido tu cuerpo miles de  veces pero nunca llegué a tu corazón.
Adolfo tiene una amargura clavada en su alma.
--¡yo la quería y ella se fue, desapareció¡¡Yo le iba a pedir que se casara conmigo y ella no vino a la cita¡¡¿que paso, compadre?
--ojalá lo supiera. Ella desapareció, su casa sigue deshabitada. Es como si se la hubiera tragado la tierra.
Tomás acaricia las lágrimas de su amante.
--me duele verte triste. Hubiera deseado que te casaras con ella aunque eso significase que nunca hubieras sido mío. Te acostaste conmigo borracho y por despecho.
Adolfo lo besa.
--fuistes mi mayor refugio. Y me has hecho disfrutar del sexo. Con nadie he disfrutado tanto en la cama.
Eso es un gran halago para Tomás. Se miran con deseo y se abrazan.
--no pasaste página y por eso nunca has amado a nadie.
En la mesita de noche están la foto de dos niños. Es el hijo de Tomás y el de Adolfo. Tienen una relación muy especial y el uno es el padrino del hijo del otro.
--¿no te gustaría enamorarte?
Adolfo no sabe qué contestar. Es un feliz divorciado. Su fracasado matrimonio le dejó lo mejor que tiene a su hijo. Y es feliz en el sexo junto a Tomás.
--no necesito nada más.
--pero desde tu divorcio no se te ha visto con una mujer.  Nuestro bufete es el mejor de la ciudad. Somos abogados prestigiosos y no nos podemos permitir el lujo de las habladurías .
--yo no soy como tú. Me casé porque creí que podía ser feliz. No voy a estar con una mujer sólo para que no se sepa que tengo mi lado gay.
Tomás ama a ese hombre pero es su secreto y así debe seguir. 

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