martes, 16 de junio de 2020

Capítulo 15




Simón  ha ido a visitar a Luisa, la amiga de su madre. En el jardín ve jugar a un chico con un niño. Se acerca a ellos.
--busco a la señora Luisa.
--yo soy su hijo Alfredo. ¿Quién eres?
-Soy hijo de una amiga suya. Me llamo Simón.
--yo me llamo Tomás--dice el niño.
Simón se muestra amable con los hijos de Tomás. Alfredo ha quedado hechizado por el guapísimo Simón y Simón piensa incluir al hijo mayor de Tomás en sus planes de venganza. Luisa llega en ese momento y se emociona al ver a Simón en su casa.
Tienen una muy larga conversación, Alfredo se queda todo el tiempo contemplando al chico  que le ha robado el corazón.

Cristina nota que su marido está muy extraño y preocupado.
--Mi amor ¿Qué te ocurre? Te veo muy raro hace mucho tiempo ¿es tu hijo, verdad?¡
él no contesta pero Cristina insiste.
--¡Tienes razón! ¡Me preocupa mi hijo! ¡He ido varias veces a su casa, la mucama dice que nadie se ocupa de él! ¡¡Estoy muy preocupado! ¡Se está prostituyendo¡
--¿Por qué no vas por el y te lo traes? ¡Claro, se viene a vivir con nosotros y así lo tienes cerca para sacarla de esa mala vida!
Adolfo no sabe que hacer.
--No lo pienses más, mi amor. Es tu hijo y yo puedo ser una madre para él.
Aunque no quiere esa mala influencia cerca de su hijo, Cristina finge ser la esposa perfecta para retener a su marido a su lado, Adolfo sólo piensa:
--¿si supieras lo que hubo entre nosotros?
--si quieres yo lo llamo.
--Déjame pensarlo.
Cristina abraza a su marido. Está dispuesta a lo que sea para retenerlo a su lado. Ya que el embarazo está descartado porque el hombre no la toca, Cristina está dispuesta a jugar la baza de apoyar a Simón.

Simón  sale de casa de Luisa, Alfredo se ofrece a llevarlo.
--¡No voy a permitir que un chico tan guapo vaya solo por la calle!
Simón  se monta en el coche con el chico, no deja de tocarle el muslo con mirada sensual. Alfredo está derretido. Y en un semáforo, Simón se le lanza encima y se besan. Simón es muy ardiente. Alfredo no buscaba sexo pero no lo puede rechazar.
--vamos a un lugar discreto… --dice Simón devorando a ese chico.
Alfredo aparca en un lugar discreto y se deja llevar. Es el propio Simón el que se clava la verga de Alfredo y cabalga sobre él.  Alfredo es guapo y recién ha cumplido los 18 pero Simón es puro odio. Es una maquina de coger. Sólo piensa en la cara de su padre y Tomas cuando se enteren que se acuesta con el chico. 

Adolfo ha vuelto a casa de Simón . Marina está allí y trata de seducirlo.
--¿Está el señor Pérez?
--Hoy no ha venido en todo el día.
-Es muy importante que hable con él.
--Espéralo si quieres.
--Está bien. Voy a esperar.
--No lo esperes en la sala, vamos a mi cuarto. Tú me gustas demasiado y un bombón como tú no lo puedo dejar escapar.
Marina lo abraza y trata de besarlo, pero él se aparta con violencia.
--¡Señora! ¡Yo he venido a hablar sobre Simón , no a acostarme con Usted! ¡Así que si me disculpa, me voy y vengo en otro momento!
--¡Tú no puedes irte! ¡Todavía no hemos terminado de hablar!
--¿Qué quieres ahora?
--¡Tú eres el padre de Simón , tienes que darle todo lo que no le has dado durante estos años!
Marina quiere sacarle todo lo que pueda a ese hombre y acostarse con él.
--de eso sólo lo hablaré con Simón. 
Y ella se queda recaliente mirando como se va ese culo que tanto le gusta  

Mientras tanto, Simón  está con Paula exigiéndole una pastilla. Paula se asusta al verlo tan mal. Se arrepiente de haberlo metido en el mundo de las drogas, el mismo mundo al que ella la metió Gustavo. 
-- cuando mi novio me dio la primera pastilla yo lo veía como algo divertido. yo las tomo sobretodo antes de hacer el amor y es maravilloso pero  es que abusas. Yo creo que ya no deberías tomar más..
Simón,  como loco, le tira dinero:
--¡¡tengo mucho dinero. Trabajo con mi cuerpo para eso. Ya ni sé con cuantos hombres he estado en los últimos semanas. Necesito una pastilla, me pondré más tranquilo¡¡
Paula duda. Recuerda la dulzura con la que la trata Gustavo y como después de hacer el amor le suplicó que le diera a Simón  todas las pastillas que quisiera. Aunque  le da pena, Paula le da una pastilla a Simón  que enseguida se calma. Simón  se va de la casa de su amiga tranquilo pero muy triste. Adolfo le duele demasiado. Aunque se dice que lo odia, en realidad lo ama aunque ese amor lo llena de desprecio hacia Adolfo y hacia él mismo. En realidad desearía que él lo protegiera y no soporta que su amado no se preocupe por él.
--¡es un maldito, un maldito. No sólo no le preocupó que mi mamá se matara por su culpa sino que se acuesta con su hijo y él se queda tan tranquilo, como si no hubiera pasado nada ¡cerdo, cerdo. Te voy a matar, te voy a destruir¡¡voy a lograr que maldigas el maldito día en el que naciste, que desees haber muerto ese día¡
Simón  llora. Su corazón no deja de gritarle que ama a ese hombre y eso lo tiene destrozado por dentro. Llorando sangre recuerda el día en el que vio su foto por primera vez, las palabras del diario de su madre, lo feliz que fue cuando hicieron el amor.
--¡es mi padre, es mi padre y lo odio¡¡lo odio¡ --se dice para intentar callar lo mucho que lo ama.


No hay comentarios:

Publicar un comentario