Adolfo y Simón llegan a la casa en la que van a vivir. En la misma ciudad en la que vivieron pero en una Colonia alejada Tiemblan de deseo cada vez que se tocan. Al mirarse a los ojos se dan cuenta que va a ser más difícil de lo que creían comportarse como padre e hijo. Adolfo lleva las cosas de su hijo al cuarto que será suyo.
--¿y tu hijo? Me gustaría ver a mi hermanito. Siempre lamenté no tener hermano.
--Hace mucho que no lo veo, perdí la patria potestad. Ni tengo derecho a verlo.
--¿y eso? ---Simón preocupado.
Adolfo no lo mira. Siente vergüenza. Y no quiere recordarle ese pasado infernal que a los dos le duele y que ninguno va a olvidar.
Adolfo no lo mira. Siente vergüenza. Y no quiere recordarle ese pasado infernal que a los dos le duele y que ninguno va a olvidar.
--no importa, no tiene caso hablar de eso.
Simón no soporta verlo mal y lo acaricia. Adolfo cierra los ojos para saborear ese momento. Simón acerca sus labios a los de Adolfo con deseos de besarlo pero se frustra. Aunque eso lo destroza por dentro dice:
--papá...
Adolfo abre los ojos, la magia se rompe y vuelven a su dura realidad: no son una pareja de amantes sino un padre y un hijo.
--no me gusta verte mal ¿qué pasó? Si quieres yo hablo con el juez.
--no, no tiene caso.
--¿pero porque? ¿yo tuve la culpa?
Simón se da cuenta que seguramente su padre perdió la custodia de su hermanito por su culpa
--fue por mi culpa ¿verdad?
Al hombre la conmueven las lágrimas de Simón. Lo acaricia pero Simón se aparta ya que el tacto de la piel de su amado le quema.
--fue culpa mía. Tu mujer supo lo que pasó entre nosotros y...
Hay un gran silencio entre los dos. No saben qué decirse, hay mucho amor pero también mucho dolor en sus miradas.
--pero no hablemos de eso. Ven para que conozca la casa y a los empleados.
--¿hay empleados?
--si, yo tengo que trabajar y así no estarás solo
Los dos se miran, en realidad sabe que es importante que estén con otra gente para que eso impida que se dejan llevar por sus emociones.
Gustavo sigue extorsionando al doctor Vidal.
--¡yo no sé dónde está Simón ¡
--¡pero es que no puede haber desparecido¡¡tú sabes dónde está y no se te da la gana decirmelo¡
--no lo sé pero si lo supiera tampoco te lo diría, ya estoy harto de tus chantajes.
Gustavo lo mira amenazante:
--¡conmigo no te pases de listo¡¡lo que hiciste fue un delito y te puedo mandar a la cárcel¡
--¡¡haz lo que se te pegue la gana¡¡
El doctor se va y Gustavo se queda furioso.
Marina tiene la misma conversación con el doctor viejo. Lo provoca y lo deja con las ganas. Le deja claro que sólo volverá a estar con él si encuentra a Simón.
-Es un drogadicto. Alguno de tus amigos tiene que saber de él.
Es la hora de la cena, Simón y Adolfo están el uno frente al otro. Se quieren decir tantas cosas pero saben que son cosas prohibidas. Tratan de comportarse como padre e hijo y hablan de todo y de nada. Hay mucho tensión entre los dos. Se miran y sólo sienten ganas de besarse
--espero que el tiempo borre esto que siento por ti y no puede ser. Espero que te pueda ver como a un hijo --piensa Adolfo.
--Díos Mío -piensa Simon-dame fuerzas, si fuera menos guapo pero me atrae y eso me empuja a él... nunca podré olvidar que lo amo.
Cristina está en su casa. Ha mandado a dormir al niño con la vecina para tener una romántica cena. Enciende velas.
--Esto sí que va a ser una sorpresa para Michel. Nos acabamos de casar y ya vamos a ser padres pero es lo que los dos queríamos. Nunca creí que la vida me diera esta nueva oportunidad.
La ex esposa de Adolfo se preocupa porque éste no llega.
El doctor Vidal está en comisaría, finalmente él mismo se ha denunciado para verse libre de Gustavo. Antes de que lo lleven a su celda pide llamar a su esposa.
--¿Cristina? --dice él cuando la ex mujer de Adolfo agarra el teléfono.
Al doctor Vidal le tiembla la voz, no sabe cómo le dirá a su esposa que tal vez pase el resto de sus días en la cárcel.
Adolfo no puede dormir y es que su cuerpo vibra de deseo al saber que Simón duerme cerca de él. Se levanta a tomar un poco de agua para refrescarse. Se la tira por encima. Va en boxers. Llevado por un impulso, el hombre se acerca a la habitación en la que duerme su hijo. Simón duerme desnudo. Se ha destapado y muestra un espectáculo de lujo. Adolfo tiembla al cubrir ese cuerpo desnudo tan bello y que tanto le gusta y echa de menos. Lo mira con deseo, no puede evitar acariciarlo. Lo ama.
--te amo, Simón . Y siempre te amaré --dice.
Luego él mismo se reprocha su comportamiento.
--¡no seas absurdo... por fin te ha perdonado, Se encuentra bien, ha olvidado el pasado. No estropees tú las cosas. No le vuelvas a arruinar la vida.
Aunque su cuerpo le pide que grite que lo ama, Adolfo se va. El hombre está seguro que su hijo no se ha enterado de nada. Simón tampoco podía dormir y lo ha oído todo. Llora.
--si te perdoné, olvidé el pasado pero el presente y el futuro es que te amo, te amo y siempre te amaré.
Simón pasa muy mala noche. Tiembla al pasar por la habitación de su padre. Lo desea. Pone su mano en la puerta.
--te amo.
Y ese amor y ese deseo lo están consumiendo. Apoya su cabeza en la puerta y se abre. Oye la ducha. Sabe que no debe hacerlo pero ese hombre está demasiado bueno. Se acerca al baño. Sabe que es monstruoso espiar a su padre en la ducha pero no lo puede evitar. Adolfo se enjabona, tiene los ojos cerrados, Simón se lo ve todo. Lo que ve le gusta demasiado y eso la atormenta. Se va corriendo llorando. Adolfo se sigue duchando sin imaginar lo que está sintiendo Simón . Él no deja de pensar en Simón como hombre pero está convencido que Simón ya lo ve como padre y eso le duele.
Desesperado por los fuertes deseos de amor y atracción que le procesa su padre, Simón quiere dejar la casa. Por un momento hasta tiene la tentación de volver a las drogas. Se acaba refugiando en el panteón, justo en la tumba de su madre. Llora con desesperación. Le pide ayuda a su madre para olvidar ese amor y poder ver a Adolfo como lo que es.
--sé que desde el cielo me cuidas. Tengo que ser fuerte. Adolfo es lo único que tengo, me tengo que aferrar a él. Tengo que luchar contra esto que siento y verlo como un padre. A penas hago los 21 pero me siento tan viejo... sé que tú me has iluminado para poder controlar este fuego que me consume por dentro, para no buscar a mi padre, para no amarlo como lo amo...ayúdame a no caer en la tentación.
Antes de ir al trabajo, Adolfo deja flores en la tumba de Tomás. Es su refugio. Llora sentado en esa sepultura. Acariciando esa lápida. Es un misterio el motivo de su suicidio y le duele pensar que lo arrastró con su tragedia.
--te tengo una buena noticia. Al fin Alfredo aceptó mi ayuda. Ya está internado. El camino será duro pero yo te juro que tu hijo se curará. Dejará las drogas y volverá a ser el mismo chico de antes. Tal vez él y Simón…
No puede acabar la frase, se le desgarra el alma. Sabe que Simón algún día se enamorará pero no esta preparado para verlo con otro. Le duele demasiado. Siente que se ahoga. Llora sangre. Se desahoga hablando a esa lápida.
--¡¡nada está bien¡¡ estas semanas que vivo con él han sido las más infernales de mi vida, Simón ha aprendido a verme como un padre pero yo lo amo y lo deseo. Me vuelvo loco cada vez que sé que se está duchando y por las noches me meto en su habitación mientras duerme y deseo hacerle el amor... ¡me estoy volviendo loco¡
Y le parece escuchar la voz de su amigo diciéndole:
--¡tú eres un depravado... no puedes sentir eso por tu hijo¡
Adolfo se golpea el pecho. Llora sangre. Sabe que es monstruoso amar a su hijo pero no lo puede evitar .
En otra parte de la ciudad Marina y Gustavo hablan. Están en un sótano.
--Yo ya no soporto este encierro. No entiendo porque no vamos a buscar a Simón y lo matamos. Ya está por cumplir los 21 años. Te firmó un poder puedes cobrar su herencia.
--¡eres una bruta, nuestro plan se vino abajo. La declaración del maldito Vidal ayudó para anular ese matrimonio y todo lo que me haya firmado. Si a ti te ven te van a pedir muchas explicaciones y a mi me pueden meter preso¡¡Simón me acusó de secuestro y ese maldito del doctor Vidal me traicionó¡
--¡es que eres un imbécil, no sirves para nada¡
--¡No dices eso cuando hacemos el amor¡
--¡sólo piensas en lo mismo¡
--Ni tanto, he averiguado que el viernes en la casa de tu marido se le va a entregar por fin la herencia a Simón. Tenemos que matarlo a él y al padre como si fuera un asalto y tú lo heredas todo.
Eso le gusta a Marina, deciden hacerlo ellos mismo para no meter a terceras personas.
Ha llegado el día, Simón se ha puesto muy guapo y a Adolfo se lo come con los ojos. Simón hace como si no se diera cuenta.
--¿qué se siente ahora que vas a ser millonario?
--A mi no me interesa ese dinero y no me apetece volver a esa casa.
--tienes que hacerlo, es el dinero de tu madre. A ella le gustaría que aceptaras.
--¿Aún piensas en ella? ¿aun la amas? --pregunta ocultando sus celos.
--No, hace mucho que olvidé a Elena, sólo es el recuerdo del primer amor.
Adolfo no le dice que es a él a quien ama y que ese amor lo consume por dentro.
Simón y Adolfo llegan a la casa de los Bolívar . El chico piensa en todo lo que ha pasado desde la primera vez que pisó esa casa. Mira a Adolfo y se tiene que tragar sus lágrimas. Ninfa los recibe con culpa. Se siente mal por haber perdido la carta de Ernesto. Llega el abogado y el notario, todos se sientan en el que fuera el despacho del difunto.
Ninfa le dice al abogado:
--aquí tiene los papeles del señor. Yo lo acabo de limpiar aunque hace mucho que nadie toca eso.
El abogado busca unos papeles y encuentra un sobre dirigido a Adolfo y Simón .
--¡es la carta, la carta que el señor Ernesto me dio antes de morir y yo había perdido¡ --grita Ninfa feliz.
Adolfo y Simón se miran extrañados. Simón agarra la carta y la lee. La lee lentamente, su cara denota sorpresa, todos lo miran a la expectativa.
--¿¡que dice ese carta, Simón ?¡no me tengas en ascuas¡ --Adolfo.
Simón lo mira radiante, no se lo puede creer:
--¡Ernesto era mi padre, mi verdadero padre¡
--¿¡como?¡ --dice Adolfo arrancando la carta de las manos de Simón .
Lee la carta mientras Simón nervioso le dice:
--¡Ernesto se casó con mamá por su dinero, la hizo abortar de una paliza y después la violó¡¡Yo no soy tu hijo... yo soy fruto de una violación, Ernesto no dejó de maltratar a mamá y yo nací prematuro... por eso creí que era tu hijo... no eres mi padre... no eres mi padre¡¡¡te das cuenta de eso? no eres mi padre¡
Simón está muy emocionado, Adolfo siente alegría por saber que no ama a su hijo pero dolor por saber del destino de su primer hijo. Simón lo abraza para apoyarlo:
--¡todo fue una mentira. Mii vida fue una mentira. Yo te odié y tú no hiciste nada malo. Te apartaron de la mujer que amabas, mamá no se suicidó... ¡la mató mi papá para casarse con Marina ¡Esa mujer lo hechizó. Desde que tenía 13 años era la amante de mi padre¡
Adolfo se sienta en el piso llorando, Simón lamenta su dolor le pone la mano en los hombros. Mientras Adolfo llora, Simón dice al abogado y al notario:
--en esta carta además mi padre dice que sospecha que lo están envenenando y acusa a su esposa..¡Marina tiene que ir a la cárcel¡ --Simón .
Marina y Gustavo están ocultos en un auto esperando el momento de ejecutar su plan. Se alertan al ver llegar a la policía.
--¡esto se está poniendo feo ¿y si nos descubrieron? Mejor nos vamos --Gustavo.
--¡eres un cobarde. Yo voy a averiguar lo que está pasando... ¡a mi no me van a robar lo que es mío¡
Marina sale del auto.
--¡estas loca¡
--¡he esperado mucho este momento, me he sacrificado y no voy a perder lo que es mío¡
Marina está enloquecida por la ambición y se va corriendo.
Adolfo y Simón están hablando con la policía en la puerta y les muestran la carta. Marina llega en ese momento y todos se sorprenden.
--¡que descaro es este¡¡ ¡¿qué haces aquí¡? --Adolfo.
Simón se enfrenta a Marina:
--¡ella mató a mi papá, la tienen que detener¡
--¿¡que mentira es esta?¡ --Marina.
--¡no es mentira, mi papá lo cuenta todo en una carta¡ --Simón .
Marina se siente perdida y dice:
--¡no fui yo... fue Gustavo... Gustavo fue el que lo mató¡
La mujer señala el auto donde está escondido su amante. Adolfo se abalanza hacia Gustavo para hacerle pagar el daño que le ha hecho a su amado. La policía lo tiene que agarrar para que no vaya hacia él.
Gustavo no se puede creer que su amante lo esté traicionado y huye en el auto pero otra patrulla llega en ese momento y acaba siendo detenido. Marina y Gustavo se va echando las culpas mutuamente.
--¡¡él, él es el culpable¡¡
--¡¡él, él es el culpable¡¡
--¡no es cierto, yo no hice nada... todo fue culpa de ella¡Ella era el cerebro y con sexo me volvió loco y todo lo hice porque me obligó¡ A su marido lo mató ella¡
--¡¡èl me dio las gotas que usé, fue su idea¡¡
Marina grita y maldice mientras los llevan esposados. Gustavo lo acepta en silencio, se los llevan separados. Ninfa sonríe.:
--al fin el señor Ernesto descansa en paz.
Adolfo está sentando en el piso llorando. Simón se sienta a su lado y lo abraza.
--Ya pasó, ya pasó todo, mi amor...
Adolfo lo mira lloroso:
--¿cómo dices?
--¡no eres nada mío, que sientes por mi¡¿ya no me amas?
Adolfo esta muy atormentado.
--Yo...
--¿amas a mi madre?
--No, Elena ya es pasado. Me duele lo que le pasó porque fue mi primer amor, era mi hijo el que murió... Pobre Elena, tuvo una vida bien horrible…
Simón lo abraza y Adolfo llora en sus brazos.
--ahora debes pensar en tu hijo Emilio. Vamos a contratar los mejores abogados y lo vas a recuperar y yo voy a estar a tu lado¡
Adolfo agradece el cariño del chico pero no sabe en calidad de qué estará en su vida.
Adolfo está en su casa. Se ducha. Llora por Elena, por su hijo. Está atormentado. El saber de la tortura de Elena no le hace disfrutar el saber que nada le impide amar a Simón .
Simón está en su recámara triste.
--No me ama, no me ama.
Adolfo está desnudo en su recámara con unos boxers en la mano. De pronto aparece Simón dispuesto a dar la lucha. Se desnuda ante él. Adolfo lo mira sorprendido.
--¿Simón ?
--Te amo. Siempre te he amado, nunca te vi como un padre. Nunca dejé de amarte.
--pero yo... --dice tragando saliva.
Simón lo besa con pasión y lo va empujando a la cama. El amor es la mayor medicina. Los dos se funden en un beso:
--te amo, te amo.. --dice Adolfo.
Simón se pone encima suyo y se clava en él. Por fin puede amar y disfrutar de ese hombre sin culpa. Se disfrutan. Se retuercen de placer. Los dos hacen el amor entre lágrimas, se aman con una furia y una pasión que casi parece que se vayan a arrancar la piel a tiras. Es mucho el amor que han frustrado durante todo ese tiempo...
--gracias por salvarme la vida. Te debo mi vida. Por ti volví a nacer. Mi amor. Mi Adolfo.
--gracias a ti, a ti por amarme, por hacerme tan feliz. Simón, te amo Simón.
No dejan de besarse y repetir esas palabras que les eran prohibidas. Los dos se miran y se acarician. Ha sido duro pero al fin están juntos y se aman. Se aman hasta la eternidad.
FIN